Intervención Panda Rojo
Dirección: Mabel Dai Chi Chang
Febrero, 2018
La coreógrafa y directora de Danza Teatro Mabel Dai Chi Chang realiza una intervención en el espacio cultural Panda Rojo en el marco del ciclo AKS dirigido por la artista Alicia Morey.
En esta oportunidad decidí experimentar desde lo teatral con la voz y el movimiento a partir de un texto de Joice Mansour, los objetos y el vestuario fueron propuestas mías. Cada persona elegía un lugar en el espacio que quisiera darle un nuevo significado a partir de su composición.
Piedra de la Locura
Creación: Juliana Beltrán
A partir de un fragmento de La Piedra de la Locura de Alejandra Pizarnik. Realicé una intervención en un espacio donde las personas estaban muy cerca, rodeándome. Experimenté con objetos sonoros, intervine el texto con la voz y una estructura plástica que iba construyendo mientras realizaba la performance que así mismo me iba modificando el movimiento y el espacio lo iba haciendo cada vez más pequeño. Al finalizar la intervención todos los espectadores quedaban unidos por la estructura solos en el espacio, ellos decidían como soltarse y abandonar el espacio.
Texto:
Puertas del corazón, perro apaleado, veo un templo, tiemblo, ¿qué pasa? No pasa. Yo presentía una escritura total. El animal palpitaba en mis brazos con rumores de órganos vivos, calor, corazón, respiración, todo musical y silencioso al mismo tiempo. ¿Qué significa traducirse en palabras? la desaparición de mis faltas gramaticales. Mi sueño es un sueño sin alternativas y quiero morir al pie de la letra del lugar común que asegura que morir es soñar. La luz, el vino prohibido, los vértigos, ¿para quién escribes? Ruinas de un templo olvidado. Si celebrar fuera posible.
Visión enlutada, desgarrada, de un jardín con estatuas rotas. Al filo de la madrugada los huesos te dolían. Tú te desgarras. Te lo prevengo y te lo previne. Tú te desarmas. Te lo digo, te lo dije. Tú te desnudas. Te desposees. Te desunes. Te lo predije. De pronto se deshizo: ningún nacimiento. Te llevas, te sobrellevas. Solamente tú sabes de este ritmo quebrantado. Ahora tus despojos, recogerlos uno a uno, gran hastío, en dónde dejarlos. De haberla tenido cerca, hubiese vendido mi alma a cambio de invisibilizarme. Ebria de mí, de la música, de los poemas, por qué no dije del agujero de ausencia. En un himno harapiento rodaba el llanto por mi cara. ¿Y por qué no dicen algo? ¿Y para qué este gran silencio?